Artículo de opinión del profesor Manuel Martín-Bueno
Ni muchas otras cosas tampoco. Que pena de tiempos. Que panorama les dejamos a nuestros hijos. El desconcierto y el abatimiento campan a sus anchas.
En buena lógica quién escribe esto debería estar jubilado a todos los efectos, pero por fortuna y beneplácito del destino, todavía tenemos muchas neuronas en su sitio con capacidad para discernir, cabrearnos si es necesario o con sosiego, que es mejor, destinar un mucho de acribia para analizar lo que sucede con un gran angular histórico suficientemente amplio como para poder opinar con un cierto grado de sensatez y conocimiento que a veces asusta.
No han pasado veinticuatro horas desde que el pelirrojo “sheriff del Oeste”, ese lenguaraz, ignorante, bravucón, chulo, pretencioso, desconocedor de casi todo, pero obsesionado con lo suyo, con el negocio personal y familiar, aunque cueste la ruina y pobreza de millones de personas por todo el mundo por acción directa u omisión, incluso la muerte de tantos que directamente le importan un bledo.
El personaje, osa con todo desparpajo amenazar directa o indirectamente a todo quisque con aranceles, papeles, subvenciones, puestos de trabajo y un largo etcétera ante lo que casi todos le aplauden acojonados o lameculos, como vemos continuamente hasta llegar a extremos nunca vistos con anterioridad (Cumbre de La Haya).
Las leyes, los jueces y tribunales, los conciertos internacionales, los templos de la cultura, la ciencia, la educación y la investigación que llamamos universidades, le importan menos que nada. Sus amenazas son proverbiales y continuas y lo que sale de su boca siempre es la misma retahíla que no quiero repetir para no cansar.
A este tipejo, casi nunca antes visto otro igual, el tiempo pondrá en su sitio y les aseguro que no será bueno. La Historia es muy tozuda y suele pagar con la misma moneda a los transgresores impenitentes. Me gustaría verlo y espero hacerlo, no falta mucho, media docena de años a lo sumo. El Imperio Romano que estaba mejor estructurado cayó estrepitosamente por diversas causas, entre las que no faltaron las revueltas palaciegas. Ahora esos procedimientos también existen en otras latitudes que todos conocemos.
No saber Historia es no conocer que a Persia (actualmente Irán), al margen de lo que puede significar su régimen totalitario y teocrático, no se la puede borrar del mapa impunemente. Enfrentarse al poderoso “oso ruso”, es ignorar otro tanto y enfrentarse más o menos abiertamente con el gigante asiático que tiene en sus manos (además de 1.400 millones de habitantes) gran parte de la deuda externa de los EEUU, es directamente jugar a la ruleta rusa.
Amedrentar a la OTAN/NATO como lo ha hecho unilateralmente imponiendo condiciones leoninas que exceden con mucho (es decir totalmente, a sus propias capacidades) es de trileros ignorantes y chulos (otra vez) como él. El artículo 5º, es claro aunque no lo quiera entender, tiempo al tiempo.
Pretende que se gaste mucho, cuanto más mejor directamente en armamento que se le debe comprar a los EEUU, a sus empresas de armamento de sus amigotes y palaciegos siervos/as, que le adulan y le temen, pero no sabemos por cuanto tiempo. Entrometerse y amenazar a las universidades es un craso error, los depósitos de neuronas en activo, los científicos, que quedan en paro, emigran o simplemente dejan de producir, va a hundir a los EEUU en un fondo cenagoso de ignorancia e inepcia. Apoyar a criminales genocidas como Netanyahu y hacer negocio con el sufrimiento es serlo él también.
La postura del presidente Sánchez, es una gota en el gran balde de la confusión de intereses generales de la OTAN, pero al menos salva la dignidad nacional, que no es poco. La mayoría lo aplaude abierta o implícitamente, incluso la oposición menos extremista porque es serio hacerlo, a poco inglés que se conozca. Lo de las chicas y chicos de PODEMOS, está cuarenta años trasnochado, de antes de que ellos mismos nacieran, que lo de “OTAN no bases fuera”, no es de ahora y pintan bastante poco. El resto, pues cada uno que se haga la pregunta y responda, pero yo me acuerdo simplemente, porque algo de historia sé, de lo que dijo el Almirante Cervera cuando fue enviado a ser inmolado en el año 98 del siglo XIX a la absurda Guerra que declaró inmoralmente EEUU ante la voladura (por causas internas, es decir accidente) del acorazado Maine en el puerto de Santiago de Cuba.
“Mas vale honra sin barcos, que barcos sin honra” (Almirante Cervera).