Visitamos la localidad de Jarque de Moncayo

Paseando por nuestras comarcas por Jose Luís Cortés
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Hoy os propongo una ruta chula, chula... os voy a llevar al corazón de la #ComarcaAranda, hasta #JarquedeMoncayo....


El topónimo de la localidad, según cuentan las fuentes escritas, tiene su origen en la palabra “Siarg” -que algunos autores han interpretado como ´vasallo´ o ´colono moro´-, que ha evolucionado según la siguiente secuencia: “Siarg” (1118), “Siarchum”(1147), “Xiarch” (1158), “EXiarch” (1493), “Xarque”(1568 y 1610).
La primera mención documental sobre la existencia de Jarque nos remonta al siglo XII cuando aparece como Siarq en un documento fechado el 18 de diciembre de 1118 en el que Alfonso I “El Batallador” donó a Lope Juan de Tarazona -con sus términos- entre otras localidades, Jarque (“Siarg”) .
Históricamente estuvo vinculado a la Comunidad de Aldeas de Calatayud, quizás no de facto, porque rápidamente pasó a depender de varias familias para terminar en manos de los titulares del Condado del Aranda.
Así se documenta a Pedro Ortiz como señor de Aranda, entre 1154 y 1181 a García Ortiz entre 1182 y 1191. En 1214 hay noticia de la muerte sin descendencia de un tal Pedro de Alcalá como señor de Jarque que sucedido por otro García Ortiz entre 1214 y 1216. En 1254 en manos de Álvaro Pérez de Azagra Señor de Albarracín así hasta la Guerra de los Pedros momento en el que ya pertenecía la familia Fernández de Luna. Tras la muerte de D. Lope Fernández de Luna, Arzobispo de Zaragoza, heredaron todos los títulos y propiedades (entre ellos Jarque) sus hermanas Toda y María. Toda no tuvo hijos por lo que su parte de herencia pasó al primogénito de su hermana María, Jaime Ximénez de Urrea y Fernández de Luna.
El poder y propiedades de esta familia fue creciendo exponencialmente a lo largo del siglo XV, hecho que se materializó en la figura de Lope Ximénez de Urrea y Centelles cuando se convirtió en el primer Conde de Aranda el 9 de enero de 1488. En aquel momento su patrimonio incluía treinta y seis lugares repartidos entre, Valencia, Cataluña y Aragón.

 



El castillo
El castillo de Jarque, además de cumplir una labor defensiva en el valle del Aranda fue residencia de alguno de los miembros de esta casa Condal. La primera condesa, tras quedar viuda tuvo serios problemas con su hijo mayor, el segundo conde. Así que la condesa viuda, junto a sus hijos menores, se retiró a vivir al castillo de Jarque en 1504. Los años que la condesa viuda y su prole residieron en el castillo de Jarque dio cuenta su hijo Pedro Manuel, señor de Trasmoz en alguna de sus obras como por ejemplo el que la fortaleza fuese pasto de las llamas entre la primavera y el verano de 1508 y de la muerte de la condesa en 1509. En esa fecha D Pedro Manuel Ximénez de Urrea, Señor de Trasmoz, escribió unos versos dedicados a su madre y a Xarque:


…..O, Xarque, fragoso, escuro!
Para ti ya no ay camino
pues tus dos sílauas “xar / que”
si se buelven con buen tino
al revés dizen “quexar”….
…..Queda Xarque tan escuro
después que partió el bien dél:
Jamás amanesce en él”…


Tras la muerte de la condesa no tenemos constancia de que el castillo volviese a ser habitado por lo que suponemos que el deterioro fue apoderándose poco a poco.
La historia de Jarque tuvo un punto de inflexión el 17 abril de 1610, cuando Felipe III decretó la expulsión de los moriscos de Aragón; los de Jarque fueron expulsados el 13 de agosto de ese año. Se estima que los expulsos de Jarque fueron uno 1.265 moriscos lo que tuvo unas consecuencias devastadoras para la localidad que tardaría algunos años en recuperar población y lo haría atrayendo gentes de Cantabria y Castilla.
El castillo de Jarque ha sido recientemente restaurado y desde la Oficina de Turismo de la Comarca del Aranda, Fran, Dori y Asún hacen unas visitas estupendas a esta singular fortaleza.

Sus calles
Callejear por Jarque es una delicia pues ese pasado islámico del que te he hablado se corrobora en el trazado de su casco urbano. Se trata de una intrincada red de callejuelas sinuosas y estrechas, replacetas y plazuelas irregulares, pasos en alto, callizos y adarves, zaguanes, restos de torres puerta con las que se cerraba el conjunto amurallado, todo ello bajo la sombra imponente de su castillo.
Sin embargo, algo curioso, la iglesia se levanta en la planta baja del pueblo. Se trata de un elegante edificio del último cuarto del siglo XVII. En su construcción que alterna la mampostería con los refuerzos de ladrillo. La portada a modo de arco del triunfo nos introduce en un templo de una sola nave de tres tramos, y capillas entre contrafuertes, cabecera recta al exterior que pasa a poligonal al interior y coro alto en el tramo de los pies.
La nave se cubren con bóvedas de cañón con lunetos, dos por tramo separadas por arcos fajones en la nave. Estos arcos y los del sotocoro y de las embocaduras de las capillas aparecen decoradas con yeserías barrocas muy similares a las que Juan de Marca realizó en Brea.
De su interior destacan algunos retablos barrocos, y los regalos de los X condes de Aranda, Una bella custodia barroca y una caja de plata que se usa con sagrario para el monumento de Semana Santa.
Date una vuelta por el entorno del pueblo tienes varias ermitas. La de la Virgen del Rosario está en el mismo pueblo y tiene una yeserías barrocas bien originales, las de San Sebastián y las de la Soledad dando un pequeño paseo.
Pues si eso lo acompañas de un almuerzo o un vermú en el bar y de una visita a la panadería que hacen unas magdalenas estupendísimas tienes una mañana completa…. Y es que en Aragón tenemos lugares tan singulares como este… solo hace falta que los aragoneses nos lo creamos…. Animaos  dad una vuelta por la Comarca del Aranda y comprar zapatos hechos en Brea o en Illueca

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