Hoy nos vamos de ruta por el valle del Ribota, en la Comarca de Calatayud.
Vamos a imaginar que hace un día precioso, los frutales están en flor y vamos en el coche, conduciendo despacio para no perdernos ripio (slow-driving le llama la juventud, que caray) ya que el paisaje de la sierra de Armantes es francamente bonito.
¿Y a donde os llevo? Pues a ANIÑÓN (España) que el otro, como me dice siempre mi amigo Carmelo, el de la V está en Francia. Y lo que nos vamos a encontrar es una iglesia absolutamente espectacular.
Nuestra Señora del Castillo
El caserío se arremolina bajo su imponente silueta. Vamos callejeando y de repente nos encontremos con una de las obras más espectaculares del mudéjar aragonés, el fabuloso hastial occidental de la Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Castillo.
Este muro, del siglo XV, queda como testigo de la iglesia anterior a la actual. Pero aún hay otro elemento más antiguo, que es la torre que al parecer es de finales del XIII o pp del XIV. La historia es compleja, en 1280 se documenta que se estaba levantando una iglesia en la localidad pues, al parecer, la vieja había sufrido un incendio. Algunas fuentes se hacen eco de que, en 1359 Aniñón junto con Torralba y Cervera de la Cañada fueron destruidos en la Guerra de los dos Pedros por lo que, lógicamente, tras el final de la contienda se construyó un nuevo templo pero conservando, entera o en parte, la torre del anterior.
El maravilloso muro occidental se decora con bandas de ladrillo en resalte y decoración de cerámica en los vanos ciegos de antiguas ventanas y rosetones, ofreciéndonos un maravilloso catálogo de decoración mudéjar que gana en cromatismo y belleza si se contempla cuando brilla y refleja los tonos tostados del atardecer (francamente es cuando más bonito está).
La torre es de planta cuadrada y su primer cuerpo presenta estructura de alminar hispano- musulmán cuenta con rica ornamentación de paños de sebka, esquinillas , arquerías mixtilíneas entrelazadas, cruces, zig-zags....
Pero ese templo medieval se quedó pequeño en el siglo XVI y se levantó uno nuevo conservado el muro mudéjar. El actual templo fue comenzado a raíz de que en una visita pastoral de 1568 se exigiese agrandarlo, las obras se dilataron veinticinco años y la nueva iglesia se consagró en 1594 por el obispo D. Pedro Cerbuna.
Su planta presenta una nave única y capillas entre contrafuertes. Aparece cubierta con bóvedas de crucería estrellada en sus cuatro tramos y coro. En los laterales se abren las capillas, dos de ellas, la del Rosario y la del Santísimo Misterio (que dejamos para otro rato) fueron reformadas posteriormente, entre los siglos XVII y XVIII. El ábside de cinco lados aparece decorado con un fantástico arrimadero de cerámica principios del S.XVII que queda interrumpido por una puerta decorada con una complicada labor mudéjar que da acceso a la sacristía.
El retablo mayor es una obra maestra. De estilo renacentista, atribuido a Esteban de Obray y Gabriel Joly debió de ser ejecutado hacia 1525 / 1530. El retablo está compuesto por 13 grupos escultóricos con escenas de la Pasión en el banco y de la Vida de la Virgen María en el cuerpo central, enmarcados en hornacinas cerradas con venera. Completan el retablo columnas abalaustradas, cabezas de ángeles, conchas, grutescos, candelieri, sirenas,festones, frutas...etc.
Tierra de vinos y aceite
Pero, como no solo de arte vive el hombre os cuento más cosas. Aniñón es tierra de buenos vinos y aceite, en la visita a esta localidad podéis visitar el Museo del Aceite, la Cooperativa del “Niño Jesús” y las panaderías. Cuenta además con una buena infraestructura hostelera y sus gentes son de lo más hospitalario, os lo garantizo ¿Qué más se puede pedir?.....
Estoy que me muero por que acabe el confinamiento y volver a enseñar esta maravillosa iglesia…. ¿ os animaréis? … hacedme caso, merece la pena… y mucho.