OPINIÓN.- Entonces hasta luego, mejor que decir adiós

Vivencias para una crisis por Manuel Martín Bueno
Tipografía
  • Más pequeño Pequeño Mediano Grande Más grande
  • Predeterminado Helvetica Segoe Georgia Times

Última colaboración del profesor Manuel Martín Bueno en el Semanal La Comarca


No era premonitorio el titular de mi anterior artículo, pero bien pudo haberlo sido: "Hay de que preocuparse y no nos damos cuenta". ¿Daños colaterales?, tal vez. ¿Consecuencias de circunstancias encadenadas?, seguro.  ¿Ya estamos en un nuevo ciclo?, también es cierto.
Me ha costado mas que otras veces, pueden imaginarlo, escribir estas líneas de mi cita semanal con La Comarca. Son bastantes años de colaboración ininterrumpida con temas desde la actualidad bilbilitana a la internacional, con crónicas de ocasión como el titular: "Violetas imperiales", con el que incidía en la feliz coincidencia histórica, pero no cronológica, de dos mujeres españolas, la Emperatriz Eugenia de Montijo esposa de Napoleón III de Francia y Anne Hidalgo, alcaldesa de Paris con motivo de su elección a tan alta dignidad de servidora pública en la capital de los franceses.
Otras veces, las menos porque era triste, recordando a figuras de las letras, las artes y la cultura; amigos fallecidos que desearíamos estuviesen todavía entre nosotros, cosa a todas luces imposible. Temas o personajes políticos que fueron alguien en la historia de la Humanidad desde el mundo antiguo hasta casi anteayer, como Mihail Gorvachev, el de la Perestroika y la apertura a occidente con la posibilidad de una convivencia pacífica y amistosa entre las dos grandes potencias tradicionales la URSS y los EEUU, que como estamos viendo no pudo ser por los errores de unos y el egoísmo de los mas, megalómanos e iluminados aparte.
La mayor presencia de mi firma bajo la cabecera del semanal, que nos solicitó colaboración sin imponer condición alguna, lo ha sido en temas de patrimonio, arqueológico en especial, con Bilbilis y Valdeherrera como telón de fondo indiscutible y necesario, junto al Museo de Calatayud, que nos honramos en dirigir sin contraprestación alguna, como se estipuló en el año de su fundación hace unas cuantas décadas cuando contribuimos a su creación por el Estado y el Ayuntamiento de Calatayud en época del recordado alcalde y también amigo D. José Galindo Antón.
Octavio Caesar Augusto el emperador que elevó el estatuto jurídico de Bilbilis al de municipio de ciudadanos romanos, en sus memorias inscritas en piedra, Res Gestae Divi Avgvsti, dejó escrito que había restaurado innumerables monumentos de Roma, incluido el templo construido por Pompeyo, antiguo enemigo político, que estaba muy deteriorado, "sin poner en ningún caso una placa que recordase mi nombre". Muchos políticos de siglos posteriores hasta el día de hoy podrían tomar ejemplo, pero seguro que nadie lo hará; sirven para su envanecimiento personal y recordatorio general, además ayudan a historiadores y cronistas.
Debemos despedirnos en este numero postrero del periódico en papel, haciendo una reflexión que no es baladí. Perder un medio de comunicación, por modesto que sea es un drama social y cultural, nos empobrece siempre, aunque en ocasiones se publiquen opiniones contrarias a las propias, la libertad de expresión debe de prevalecer ante todo y ante todos, aunque vemos que no siempre es así. Lástima para aquellos que no entiendan algo tan simple como esto, no son verdaderos demócratas sino autócratas desdibujados.
Nos despediremos  aquí, emplazando a los pocos o muchos lectores que siguen nuestros escritos, en el digital Calatayud Noticias, ahí me tendrán hasta que Vds. lo deseen. Para este adiós  utilizaré una canción de despedida, que es clásica, desde la literatura en lengua escocesa del poeta nacional de aquel viejo reino de Escocia y su poeta Robert Burns, (1759-1796), cuyo poema AULD LANG SYNE, se canta como himno de despedida en todo el mundo anglosajón y fuera de él. Nosotros nos acordaremos de Burns leyendo otro de sus poemas mas famosos: "A Red, Red, Rose" y brindando como dice la canción, no con una jarra de cerveza, sino con un vaso de Garnacha centenaria, que para eso estamos en Calatayud.
Dice así: "En esta despedida, signo de buena amistad, para toda la vida con toda sinceridad. Yo cantaré de nuevo junto a nosotros dos. Entonces hasta luego mejor que decir adiós" (parafraseando a Burns).

publicidad
publicidad
publicidad
publicidad
publicidad