Con 82 años de edad y 58 como sacerdote
Según comunica a través de redes sociales la Diócesis de Tarazona, ayer fallecía el reverendo Nicolás Sebastián Horno. Su funeral será hoy jueves, a las 16,00h. en su pueblo natal, en la parroquia Ntra. Sra. de los Reyes de Calcena (Zaragoza). Desde las 17,00h. de esta tarde miércoles, se velará su cuerpo en la Iglesia parroquial de la localidad de Sabiñán.
Nicolás Sebastián Horno nació en Calcena (Zaragoza) el 11 de mayo de 1942. Fue ordenado sacerdote en Tarazona el 22 de diciembre de 1966. Ha dedicado 58 años de su vida a servir al Señor en su sacerdocio, pasando por diversos oficios y cargos diocesanos.
Comenzó su andadura sacerdotal el 12 de enero de 1967 como coadjutor en la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de la localidad de Ricla, donde estuvo ejerciendo su ministerio sacerdotal 25 años. Como primer destino pastoral guardaba un enorme cariño y profundo agradecimiento al pueblo de Ricla.
Desde el 30 de junio de 1992 fue párroco de las parroquias de Sabiñán, Paracuellos de Jalón y Embid de la Ribera.
El 19 de marzo de 2022, solemnidad de San José, la parroquia de Sabiñán celebró una eucaristía de despedida y gratitud del que durante 30 años había sido su párroco. Después se fue a vivir a la Residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Calatayud. En la actualidad, seguía siendo administrador parroquial de Ntra. Sra. de los Reyes de Calcena.
A lo largo de su ministerio sacerdotal ocupó cargos de responsabilidad diocesana, siendo arcipreste de Morata de Jalón desde el 11 de octubre de 1979 hasta el 1 de septiembre de 1989. Del 4 de noviembre de 2005 al 5 de marzo de 2012 fue miembro del Consejo Presbiteral.
Hasta el final de su vida, ha ejercido su ministerio en su querido pueblo de Calcena. Podemos decir que ha muerto “con las botas puestas”, como él decía.
En sus elocuentes comentarios y chascarrillos siempre nombraba anécdotas del pueblo de Ricla, al ser su primer destino pastoral. Junto a su afición taurina que pudo desarrollar en Ricla, hay que destacar su empuje y trabajo por construir la actual Residencia de Jubilados Nuestra Señora del Pilar de Ricla, en colaboración estrecha con la comunidad de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, para atender a los residentes.