CALMARZA.- Un oasis en mitad del río Mesa

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Lugares en nuestra comarca que merecen la pena ser visitados


La Comarca Comunidad de Calatayud cuenta con un potencial más que importante en el apartado turístico. Quizás, en algunos casos un tanto desconocidos para incluso los habitantes de nuestra propia comarca.
La importancia de edificaciones de varios estilos y sobre todo la importancia del mudéjar es algo a lo que nos hemos acostumbrado a escuchar, a visitar y a disfrutar del mismo. En cuanto al arte y estas edificaciones en la comarca contamos con gentes perfectamente preparadas y conocedoras de las riquezas que encierran la mayoría de pueblos de nuestra zona, como José Luís Cortés que conoce al detalle todos los secretos que guardan las localidades de la Comarca encerradas en edificaciones históricas y artísticas.


La riqueza paisajística que encierran nuestros pueblos es otro factor que deberíamos de conocer y apreciar. Lugares con encanto, que sorprenden y que se encuentran macerados con la calidez de los habitantes de estos pueblos, un ejemplo puede ser Calmarza.
Desde Calatayud nos adentramos por la Autovía dirección Madrid, saliendo de la misma a la altura del desvío de Cetina. Pocos kilómetros más el paisaje con el que nos encontramos es el típico del cereal. Tierras duras con, principalmente cultivo de secano. Si continuamos unos kilómetros más tras recorrer una carretera arreglada hace poco tiempo llegamos a nuestro destino, Calmarza. En un visto y no visto pasamos de un paisaje típico de secano con los rigores de nuestro clima: ese calor sofocante veraniego y esa bajada de temperaturas por la noche, con un paisaje totalmente distinto con el verde incuestionable de uno de los ríos que más riqueza nos ha dejado y nos deja en nuestra zona, el río Mesa.
A unos 38 minutos de Calatayud en coche, Calmarza está situada junto a la sierra de Solorio, en el límite de la provincia con Guadalajara. Una localidad que está ubicada en el centro del Cañón del río Mesa. Rodeada de paredes calizas, está acompañada de arboledas y praderas naturales bañadas por el cañón del río. La carretera sigue paralela al cauce y nos ofrece una bonita panorámica, con la piedra encaramándose con el azul del firmamento con la vigilancia imponente de los chopos ribereños y de los imponentes roquedales.
En Calmarza y al lado del río nos encontramos con el agua como protagonista, con pozos de inigualable belleza, con cascadas que nos ofrecen una visión espectacular y un sonido relajante bajo los rayos del sol y con una agua cristalina entre el azul y el verde.
Una vez en Calmarza nos adentramos entre las estrechas calles que forman su casco urbano y podremos visitar la Iglesia y los restos de una torre de vigilancia medieval, hoy utilizada como vivienda a la vez que saboreamos ese ambiente rural tan característico de nuestra zona. Siempre, el viajero es bien recibido.
Respecto a su patrimonio destacar la iglesia parroquial, dedicada a San Blas. El edificio de la iglesia parroquial destaca en lo alto; consta de una nave rectangular, con cabecera plana y cúpula elevándose sobre el crucero, predomina la sencillez en su conjunto.Para su construcción se emplearon la piedra y el ladrillo, preferentemente. También hay una ermita dedicada a San Bartolomé.

El antiguo castillo, del que queda en pie la torre, debió construirse en el siglo XVI, ya que no se ha podido encontrar referencia escrita sobre la supuesta fortaleza, por lo que se deduce que se trata de una simple torre vigía, para controlar el desfiladero del río Mesa.

El paisaje en el entorno de Calmarza está determinado por su situación en el Valle del Mesa, este comienza en Mochales pasando por Villel y Algar de Mesa en Guadalajara, adentrándose en tierras de Aragón por Calmarza hasta Jaraba y el lago artificial de la Tranquera.


En la localidad podemos encontrar una oferta turística importante de casas rurales, la mayoría recuperadas al detalle, siendo fieles a su construcción exterior pero con toda la clase de detalles en el interior que hacen que la estancia del viajero sea agradable y placentera. En este sentido hay que destacar el trabajo de recuperación de los edificios de los propietarios para sin perder su encanto exterior dejarlas de forma perfecta para la estancia interior. Una delicia estar en ellas y disfrutar de las mismas.
La localidad también está perfectamente cuidada, sus calles, sus edificaciones y la importancia de la piedra. Un pequeño viaje para los habitantes de nuestra comarca que muy cerca, se encontrarán con paisajes distintos. Si el viaje se hace para más días, a muy pocos kilómetros el viajero puede completarlo con el imponente Monasterio de Piedra, el Pantano de La Tranquera y visitar localidades como Algar de Mesa, Alhama de Aragón, Cetina, Jaraba o incluso visitar las tierras rayanas con Guadalajara como Campillo de Aragón.