Se celebra el tercer viernes del mes de septiembre, cuando los viñedos se encuentran en plena vendimia, un homenaje a la variedad de uva que hasta 1900 fue de las más plantadas en el mundo
El origen de esta variedad se encuentra en Aragón, concretamente en la provincia de Zaragoza, donde su tierra árida y su clima extremo la ha convertido en una superviviente. Con una gran resistencia a las sequias, los fuertes vientos, las bajas temperaturas en invierno y los más de 40º que se alcanzan en verano, la Garnacha ha demostrado su gran capacidad de adaptación a distintos climas y terruños, haciendo de ella una de las variedades favoritas de los viticultores. ¡Garnacha es símil de sostenibilidad!
Es desde el territorio aragonés que comienza la expansión de esta variedad a lo largo de la antigua Corona del Reino de Aragón, primero por el Noreste de España, continuando el Sureste de Francia, especialmente en la zona del Rosellón, hasta llegar a Italia y con mayor influencia a la isla de Cerdeña.
Se dice que la garnacha era uva muy preciada por el rey Fernando I de Aragón y por ello promovió su expansión a lo largo de la antigua Corona de Aragón. “La garnacha es una de las pocas variedades con una gran historia”.
Campo de Borja
Tres son las principales Denominaciones de Origen Protegidas aragonesas que cuidan y albergan las grandes plantaciones de garnacha: D.O.P. Campo de Borja, denominada “El Imperio de la Garnacha”.
Aquí la Garnacha domina el paisaje a los pies del Moncayo, donde el cierzo sacude las vides y mantiene sanas y fuertes sus viejas raíces. En Campo de Borja la palabra garnacha es parte de su identidad y está directamente asociada a las Viñas Viejas, sin duda las más resistentes. Característica de sus cepas más antiguas, es su baja producción, ya que apenas permite elaborar una botella de vino de una excelente calidad.
Cariñena
D.O.P. Cariñena, las más extensa y antigua, la que vio nacer los primeros viñedos en Aragón. Con casi 15.000 hectáreas de viñedo, Cariñena se caracteriza por su terreno pedregoso que proporciona uvas más concentradas e intensas, y mucho más aromáticas, por ello su slogan es “El vino que nace de las piedras”. En Cariñena destacan bodegas como Bodegas San Valero o Grandes Vinos, que juntas integran a más de 1.100 viticultores que aman, cuidan y miman esta tierra.
El nombre de Cariñena está ligado a algunos vinos como Monasterio de las Viñas, uno de los buques insignia de Grandes Vinos. “Para nosotros lo más importante no son solo los vinos, si no las personas que hay detrás de cada vino” cuenta José Antonio Briz, director general de la bodega. En su bodega de Aguarón, Grandes Vinos elabora su gama premium ANAYÓN de manera artesanal, métodos tradicionales, utilizando incluso tinajas de terracota en la crianza de algunos de sus vinos.
Calatayud
Por último, la Denominación de Origen Protegida Calatayud, que como zona productora tiene una larga historia vitícola que se remonta al tiempo de los celtíberos al encontrarse allí la ciudad celtíbera más importante del Norte de España, Segeda, situada muy cerquita de Miedes, dónde en 2002 tras unas excavaciones de ese yacimiento se produjo el hallazgo de un antiguo Lagar con restos de tartratos, semilla y hojas procedentes de la variedad Garnacha del año 153 a.c. así como vasijas como otra prueba palpable de su consumo.
Caracterizada por sus elevados viñedos y bellos paisajes, este territorio de un privilegio natural único produce algunos de los vinos más exquisitos de Garnacha plantados a gran altitud y en una gran diversidad de tipos de suelo que otorgan una complejidad y mineralidad a sus vinos muy especiales. Su gran elevación entre los 650m y 1.100 m de altitud, grandes contrastes térmicos entre el día y la noche, lentas maduraciones, excelente aireación del viñedo, bajas producciones e intensidad de fruta son algunas de sus señales de identidad. Su gama de vinos Baltasar Gracián representan muy fielmente esta naturaleza.
En esta D.O. Calatayud hay una bodega, Bodegas San Alejandro de Miedes, que llama especialmente la atención por sus elaboraciones tan cuidadas y su afán por innovar siempre. ¡Distintos por Naturaleza y Amantes de la Garnacha por elección! Así se definen ellos. Bodegas San Alejandro posee la mayor extensión de viñedo ecológico de Aragón y desarrolla algunos proyectos de la mano de grandes expertos como el Máster of Wine, Fernando Mora, de dónde salen grandes vinos como Cuevas de Arom, Tuca Negra, un tinto 100% garnacha de viñedo viejo con 96 puntos Parker. Yolanda Díaz directora de la bodega nos comenta: “El poder de la edad de nuestro viñedo nos aporta equilibrio, frescura y singularidad. Criamos y elaboramos nuestras Garnachas para que sean tersas, longevas e inolvidables”.
La extensión de la variedad continuó hacia el Noreste de España y encontró en Cataluña un hábitat perfecto para la garnacha blanca y la elaboración de excelentes vinos de esta variedad. Las características terrazas de la de la D.O.P. Terra Alta dibujan un paisaje pintoresco donde se concentra hasta el 30% de la producción mundial de garnacha blanca.
A caballo entre la D.O.P. Terra Alta, D.O.P. Montsant y D.O.Q. Priorat, Unió Origen, elabora fantásticos vinos con base de garnacha en sus distintas bodegas a lo largo de las distintas Denominaciones de Origen. Destacan entre sus blancos el Clos Dalian Garnacha Blanca y entre sus tintos el Perlat de la DOP Montsant, 100% garnacha y con 91 puntos Suckling.
La garnacha tiene nombre propio y aunque habitualmente se mezcla con otras variedades, en estos territorios son especialistas en su elaboración monovarietal.
Por su versatilidad y nuevas fórmulas en la elaboración ¡la Garnacha está de moda! Los consumidores buscan nuevos vinos, accesibles y de calidad y todo ello lo encuentran en la Garnacha. La gran variedad de clones permite hacer todo tipo de vinos: blancos, espumosos, tintos, rosados… siempre habrá un vino de garnacha que elegir para maridar o disfrutar en cualquier momento.
En el día Internacional de la Garnacha, os animamos a redescubrir esta variedad y disfrutar de sus vinos en la mejor compañía.