Ilumina Calatayud marcado por las tan necesarias lluvias
Dicen que siempre no llueve a gusto de todos. Una frase cierta que nos indica desde luego la diversidad de la humanidad.
En esta ocasión el fin de semana ha venido marcado por dos acontecimientos en Calatayud: por un lado la tan necesaria lluvia que ha regado las calles y campos de la comarca; y por el otro, Ilumina Calatayud, un festival nocturno de luces y colores dentro de la tiniebla de la oscuridad.
En nuestra zona esta Dana no ha dado más problemas que los que siempre suelen ocurrir en las zonas altas de la ciudad. Un agua que ha caído bien y sobre todo una lluvia más que necesaria dado la situación de nuestros embalses.
Y precisamente la lluvia ha deslucido algunos de los actos que durante el fin de semana han dado forma al Ilumina Calatayud, que tan solo se pudo mantener en todo su esplendor en la jornada del viernes.
De esta manera y ante la amenaza de lluvia, se cambiaban actuaciones de la Plaza de España a la Carpa situada en la Casa de la Juventud al igual que el concierto de violín.
La iluminación exterior de algunos edificios tampoco se mantuvieron ajenos a la situación y algunos edificios exteriores como la Colegiata de Santa María y la Basílica del Santo Sepulcro apagaron sus coloridas luces por seguridad.
A pesar de todo y como en años anteriores Ilumina Calatayud nos ofreció una imagen distinta de la ciudad al abrigo de la noche, aunque en esta ocasión recortando su luminosidad, y es que como dicen, “nunca llueve a gusto de todos”.